jueves, 14 de julio de 2011

Impresiones neoyorquinas


Nueva York

Aquí se viene

por tantas razones

como hay arenas en el mar

hablando más o menos

el mismo número

de lenguas

al carbón

y al diamante


Subway

Letras y números

—serpientes de acero—

nos cambian de página


Central Park

Si entrar es volver

al génesis

salir

el mismo crimen

que nacer


Washington Heights

Las únicas diferencias

entre la Duarte de Santo Domingo

y la de Nueva York

son el código postal y el frío


Coney Island

A Katerina

Postal nostálgica

de otra infancia


St. John the Divine

Como esta ciudad

tú tampoco jamás

será terminada


Union Square

Aquí sólo hace falta

una estatua

de los Beatles


Time Square

Fiesta esquizofrénica

de luces y colores

del día interminable


St. Patrick

Donde abundan los anacronismos


Brooklyn Bridge

Suspendido

entre el miedo

y la esperanza


Estatua de la Libertad

Centinela inmóvil

del río humano

que avanza ciegamente


Zona Cero

Donde un fantasma acecha


martes, 12 de julio de 2011

Nacimiento de Neruda


¿Por qué recordar la muerte de un poeta y no su nacimiento? Pablo Neruda nació un 12 de julio, como hoy, hace 106 años. No me parece superfluo publicar, a modo de recordatorio de su mejor época, tres magníficos poemas de la primera y la segunda Residencia en la tierra


UNIDAD
Hay algo denso, unido, sentado en el fondo,
repitiendo su número, su señal idéntica.
Cómo se nota que las piedras han tocado el tiempo,
en su fina materia hay olor a edad,
y el agua que trae el mar, de sal y sueño.

Me rodea una misma cosa, un solo movimiento:
el peso del mineral, la luz de la miel,
se pegan al sonido de la palabra noche:
la tinta del trigo, del marfil, del llanto,
envejecidas, desteñidas, uniformes,
se unen en torno a mí como paredes.

Trabajo sordamente, girando sobre mí mismo,
como el cuervo sobre la muerte, el cuervo de luto.
Pienso, aislado en lo extremo de las estaciones,
central, rodeado de geografía silenciosa:
una temperatura parcial cae del cielo,
un extremo imperio de confusas unidades
se reúne rodeándome.


SISTEMA SOMBRÍO
De cada uno de estos días negros como viejos hierros,
y abiertos por el sol como grandes bueyes rojos,
y apenas sostenidos por el aire y por los sueños,
y desaparecidos irremediablemente y de pronto,
nada ha substituido mis perturbados orígenes,
y las desiguales medidas que circulan en mi corazón
allí se fraguan de día y de noche, solitariamente,
y abarcan desordenadas y tristes cantidades.

Así pues, como un vigía tornado insensible y ciego,
incrédulo y condenado a un doloroso acecho,
frente a la pared en que cada día del tiempo se une,
mis rostros diferentes se arriman y encadenan
como grandes flores pálidas y pesadas
tenazmente substituidas y difuntas.

 
WALKING AROUND
Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a  un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.



miércoles, 6 de julio de 2011

Burbuja




Caminando por el sendero de savia tuve la idea de parar,

Tuve la idea de mirar las cosas con detalle,

De sentir el mundo que vive

De sumergirme en lo sublime

De inspirarme del aquí, del ahora,

Manteniendo el tiempo como un aliado,

Como un monumento de agua cristalina

Tuve la idea de ser un testigo imperativo del poema

Tuve el secreto en mis manos

Y se fue volando como un pájaro majestuoso…