miércoles, 3 de agosto de 2011

Nueve poemas de Bernard Noël

                        Versiones de Guillermo-Augusto Ruiz

He aquí nueve poemas del francés Bernard Noël (1930), pertenecientes a su libro Le reste du voyage (El resto del viaje), publicado originalmente en 1997. Sin embargo, he trabajado con una edición más reciente (Le reste du voyage et autres poèmes, éditions du Seuil, 2006). En el prefacio de ésta, François Bon afirma que el libro es "un intento de decir el vasto espacio del mundo contemporáneo a través de sus ciudades". Asimismo, creo, es un intento de decir la soledad del cuerpo y la fragilidad de la memoria –tanto individual como colectiva– en las ciudades de hoy. En “Florencia”, por ejemplo, Noël escribe: “siempre el presente le hace la guerra al pasado / no cuerpo a cuerpo, hábil traición / la belleza expuesta al apetito de los ojos / sirve de máscara a la más lenta aniquilación / venden este espectáculo hablando de cultura / hay que vestirse de soledad / para borrar el presente con la presencia”. Desde Teotihuacán hasta Helsinki, pasando por Lisboa y Houston, este libro nos entrega una visión fragmentada, astillada casi, del mundo contemporáneo. Como si la velocidad alienadora del TGV –ese tren que alcanza hasta 320 km/h– lo gangrenase todo. Sin embargo, para Noël, la ciudad es también el lugar de epifanías, puertas inesperadas que se abren como en la Capilla Rothko, en Houston, donde, lejos de las masas y la cultura enlatada para turistas, el poeta halla el espacio propicio para la lucidez y la revelación. Lo ya dicho: “hay que vestirse de soledad / para borrar el presente con la presencia”.  Al viaje referencial sigue, en el libro, el recorrido interno y metapoético. "El resto de un poema" es un poema-mundo hecho de –o deshecho en– trazos y trizas. De esta forma refleja el nuestro y trata de decirlo desde las luces y sombras del cuerpo y la conciencia. Los dejo, entonces, con la voz del poeta. Son versiones, y no traducciones, en el sentido que le da al primer término Octavio Paz, pues busqué más la lealtad poética que la fidelidad literal. 




EL RESTO DEL VIAJE

AUBRAC

nieve y niebla la niñez perdió el rumbo
un trozo mojado de cielo tapa la ventana
el tiempo es un hueco que va siempre delante
trampa abierta demasiado pronto para el último minuto
más abajo el invierno se acuesta en la luz
no queda en el aire sino un poco de vaho blanco
recuerdos caen de quién sabe qué árbol
cuya memoria rompe todas las ramas

TGV

la noche viene lenta y gris un virus en el aire
la mirada busca sentir su invasión
un humo tres casas un trazo de nieve
cómo ver la penetración de la imagen
su resaca cuando la expulsan las palabras
mas nada y nada y nada un anillo de luz
algunas formas entrevistas en la velocidad
lengua barrida por el vendaval del tiempo
lo negro ya empapó todo el espacio
cada cosa así reducida a su humo
se dilata la soledad en el vidrio

PERILLOS

flores de niebla en el río de aire
cubren poco a poco toda la vista
el espacio está preñado por la niebla del tiempo

TULUM

al dejar de existir los dioses hacen en el aire
un vacío donde viene a depositarse la luz
todos sus monumentos se concentran en el borde
debajo la tierra fija sus viejas olas
se ve en un frontón al dios descendiendo
debía arrastrar la lluvia en su caída
es el cielo que cae hoy en la piedra
para muy suavemente liberarnos el corazón
entonces la vista se extiende hacia el confín del tiempo
igual en sus fondos al mar Caribe
el agua verde ha tomado lo divino entre sus pliegues
todo termina con el latido el rumor
todo empezó así

HOUSTON

un millón de habitantes más en ocho años
lo que la hace cuarta con cuatro millones
sin embargo el campo aún está en todas partes
verdes robles matorrales de boj y azaleas
jardines con cardenales rojos y arrendajos azules
pero sin transeúntes sólo algunos sopladores
de polvo y hojas secas que mueven
en vano nubes a ras del suelo
entrada gratuita a la Capilla Rothko
tiendita de silencio y olvido
donde la vista se enciende fijando superficies
que reflejan lo que se mueve en el fondo del cuerpo
el negro es el único color de lo interno
y el único saber es hacer de él una puerta




EL RESTO DE UN POEMA

2
llamamos recuerdos a nuestras ruinas
arena de sílabas y nombres
donde el alfabeto desova una oscura necesidad

4
el cuerpo es un presente siempre incompleto
su propia unidad se pierde en el fondo
en la masa carnosa de su continuidad
todo lugar orgánico es un lugar de paso
flujo resaca latidos pulsiones movimientos
la vida no es nunca la misma en el mismo lugar
es una ráfaga atravesando la carne
los huesos escriben batidos por ese aliento
una frase en nosotros blanca e indescifrada

11
los muertos nos miran morir y sonríen
de nuestra torpeza al cambiar de piel
tienen la distancia y ya la costumbre

26
una quijada de burro el ruido de un golpe
el comienzo valía ya el fin
con toda esa sangre manando en la fuente
el tiempo pliega allí su primer sudario
el puñado de tierra cae sobre la boca


Bernard Noël, El resto del viaje, 1997

3 comentarios:

Djacobus dijo...

¡Excelente! Si pudiéramos ver la vida siempre a través de esta poesía, descubriríamos flores frescas y cristalinas hasta en la más desolada melancolía…

nelida dijo...

MUY, MUY BUENOS, GRACIAS POR COMPARTIR, SALUDAZO

Anónimo dijo...

Muy buen trabajo. Los estados emocionales y el destino del sentido en cada poema. Gracias, y con permiso comparto.