Ah, Caetano, tienes 70 años y, a la vez, tienes el fuego. Tu nuevo disco, Abraçaço,
es cálido y terso como el abrazo del viento en Bahía. La prueba de que la edad
no hace al músico y que tus canciones y tu voz no conocen la degradación ni el
cansancio. Cê (2006) ya era algo. Recuerdo que fui a verte en concierto
a Toulouse, justamente para la salida de ese álbum, y, sin haberlo escuchado,
esperaba ver a un anciano simpático tocar en la acústica, bajo luces tamizadas,
canciones memorables como "Sampa", "Oração ao Tempo" o
"Souzinho". Lo que me latigueó, entonces, de entrada, fue un
verdadero concierto de rock: ruidoso y áspero y vertiginoso. Es verdad que, al
principio, las personas que me rodeaban se pusieron pálidas del asombro, pero
también lo es que, hacia el final, las mujeres –jóvenes y maduras– que habían
asistido educadamente, con el bolsito entre las manos, a la sala del Halle
aux grains –donde, todo hay que decirlo, suelen tocar música clásica–,
terminaron despeinadas y de pie, casi tentadas de invadir el escenario en un
éxtasis parecido al de las Ménades. Sólo te sentaste una o dos veces, una de
ellas para interpretar “Cucurrucucú Paloma” –y en esos instantes magnéticos,
por supuesto, se hizo en el recinto un silencio de catedral–. El resto del tiempo
lo incendiaste bailando, cantando como nadie, bajándote del escenario y
volviéndote a subir, haciendo incluso una arriesgada incursión en las graderías
alborozadas para chocar algunas manos antes del bis final.
Seis años después, te presentas con Abraçaço y, una vez más,
demuestras que el tiempo no pasa por ti, que, a la larga, por éste y tantos
discos, Caetano, ni la muerte podrá tocarte.
Un abrazazo
PD. Adjunto mis tres canciones preferidas… tudo mega bom!
"Parabéns":
"Um abraçaço":
"A bossa nova é foda":